1.280 almas de Jim Thompson

No sé por qué en la literatura los personajes llamados Nick siempre son tan carismáticos. Supongo que debe haber algún embrión bibliográfico original, pero lo desconozco. El caso es que Nick Corey no es la excepción. Encantador, vago, divertido, coqueto, conformista, ambiguo... perverso. Te cae bien desde el principio. La historia tampoco está mal. Hay tantos chistes racistas que uno no sabe si reírse o poner los ojos en blanco. Pero conforme avanza la trama se revela el carácter siniestro de los personajes y la tremenda sátira sobre las trampas morales que propone el autor. Así es como nuestro Nick, el condescendiente sheriff de Potts Country, se transforma en un personaje sin escrúpulos y nosotros terminamos en el baño frotándonos compulsivamente con una esponja.

miércoles, 4 de marzo de 2015